
De todos es sabido que Diego Costa se ha convertido en uno de los delanteros de moda en todo el planeta. Ser máximo goleador de la liga española por encima de Messi y Cristiano, habla muy a las claras del tipo de delantero del que estamos hablando. No hace falta añadir mucho más.
Ha terminado de explotar de una manera espectacular y la prensa y la afición han empezado a hablar de Costa como solución al 9 en la selección española.
Y es que, desde que Villa y Torres, uno por lesiones y otro por irregularidad y bajón en su juego, se alejaran peligrosamente de su nivel, Vicente Del Bosque anda buscando un delantero de garantías. Un 9 puro que sea la referencia arriba y que asegure un buen número de goles en partidos de la talla del mundial que se nos avecina.
En horas bajas para Torres, Villa y Llorente, sin convencer Negredo y Soldado, y con las dudas de utilizar algún otro, como Michu, Diego Costa se ha erigido como esa posible solución, pero no son pocas las dudas que genera esta decisión. Al que escribe este artículo se le ocurren cuatro razones fundamentales que van más allá de la calidad de Diego Costa, dudas que uno tiene a la hora de conciliar el sueño y pensar en España levantando otra copa del mundo. ¿Hemos de contar con Diego Costa? ¿a cualquier precio?
Nunca fue un gran goleador
Este año ha superado sus mejores cifras goleadoras, con lo cual, nunca fue un delantero excesivamente goleador. Hasta esta temporada funcionaba más como un segundo punta, y pese a que no sea una razón de peso para no llamarle, siempre podemos pensar ¿y cuándo se le termine la racha?
No ha jugado partidos oficiales con España
Así que no ha tenido la oportunidad de demostrar que funciona en el esquema del tiki-taka. Lo peor es que de aquí al mundial sólo podría jugar amistosos en el caso de ser llamado al combinado nacional y pocas cosas hay más importantes en una competición como esta como la de jugar en equipo. Quizá Costa no se acople al juego de esta selección, o quizá necesite tiempo y no lo tiene... cosa que otros jugadores si han tenido.
Aparte de los celos que pueda causar a alguien por quitarle el puesto como a Negredo o Soldado, Diego Costa nunca ha sido un ejemplo de paz y sangre fría sobre el campo, sino lo contrario.
Con contrarios y compañeros siempre ha tenido y generado rifirafes debido a su fuerte temperamento, y en esta selección, en la que reina el buen ambiente, genera dudas si su presencia pudiera no ser positiva en ese aspecto.
Quizá no sienta los colores
A alguno esto le puede parecer una tontería, o podría afirmar que en fútbol nunca se sienten los colores, pero quiero pensar que las selecciones tienen ese componente más romántico donde los buenos no juegan donde más se les paga. El hispano-brasileño aún no ha declarado su amor a la patria, quizá esperando decidir en cual de las dos va a tener más oportunidades o confianza. No me parece mal, pero la verdad, soy de los que quieren que los que jueguen en tu equipo sientan los colores, más si hablamos de países.
Se corre el riesgo no sólo de que él no sienta los colores al ciento por ciento, sino de que la afición no sintiera una comunión perfecta como con el resto del equipo debido a esto.